Conducía por la mañana bien temprano hacia la estación de tren a coger uno de esos trenes de alta velocidad que van a 300 kms. por hora como si nada. Mientras esto ocurría, casi no podía apartar la mirada del bello espectáculo que estaba contemplando.
Amanecía, y el color tintado del cielo por una amalgama indescriptible de colores blancos, azulados, grisáceos y anaranjados me emocionaba, me hacía sentir vivo, confieso que especialmente hoy me tenía atrapado la belleza de lo que esta viendo delante de mí.
Ante tal espectáculo y a pesar de la velocidad a la que conducía montado en los 150 caballos de mi caballo metálico sin despeinarme un solo pelo, no podía dejar de pensar como a pesar del vertiginosos ritmo de los tiempos que nos ha tocado vivir observaba un ritual milagroso, mágico y pausado que se repite desde el inicio de los tiempos.
El sol, un día más, volvía a salir lento, majestuoso, tomándose su tiempo y brindándome su luz, su fuerza y su presencia. Una luz, fuerza y presencia que me hace ser consciente de que cada día, y a pesar de lo que pase en nuestras vidas, sale el sol.
Cada nuevo amanecer nos ofrece un mundo nuevo de oportunidades, de esperanzas, para poder pelear, disfrutar, perseguir, y sobre todo lograr nuestros objetivos, nuestros sueños.
No tuve más remedio que parar en el peaje de la autopista para disfrutar por un minuto de tanta belleza y solemnidad para recargar las pilas, para disfruta de la visión que tenía delante de mí, y sentir que puedo y que voy a lograr mis objetivos, mis sueños, -los que ya estoy consiguiendo- con trabajo, esfuerzo y sobre todo pasión.
Aunque la realidad supera la imagen, aquí te dejo mi visión de esta mañana por si no pudiste disfrutarla.
Quiero compartir contigo que tú también puedes hacerlo, tú también puedes llegar donde te lo propongas, y cuando lleguen los días grises y nublados recuerda que detrás de la oscuridad está el sol, y que si sol@ no puedes, si no sabes cómo hacerlo contacta conmigo, pongo a tu disposición mis años de experiencia ayudando a otras personas y empresas a lograr lo que quieren.
Hoy me he emocionado al pensar que nada ni nadie puede parar que el sol vuelva a salir mañana, que nada ni nadie, -ni tan siquiera tú mismo- te pare para conseguir lo que quieres.
La clave del éxito está en la actitud, en la motivación, en el liderazgo que te conduce hacia tu propio éxito.
Conviértete en el capitán de tu barco, en el líder de tu vida.
La clave del éxito está en la actitud, en la motivación, en el liderazgo que te conduce hacia tu propio éxito.
Conviértete en el capitán de tu barco, en el líder de tu vida.
José Miguel Gil
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