sábado, 12 de marzo de 2011

Falta de inquietud. ¿Cuál es el precio del Coaching?

En una de mis últimas sesiones de coaching, el cliente se quejaba de la falta de inquietud de muchas personas. En muchos casos personas de ámbitos universitarios, los cuales serán los futuros dirigentes de empresas, políticos, funcionarios, médicos, etc.

Se lamentaba de la poca iniciativa, inquietudes y motivación que encontraba a su alrededor, y lo que sufría por ello. Sí, en efecto, sufría por lo que veía fuera, y esto ocurría porque en ocasiones ponemos nuestro foco de referencia en los demás, y valoramos más el entorno exterior que nuestro propio entorno interior, nuestra esencia, nuestro ser.

En esta “batalla” estábamos cuando la “magia” del coaching hizo efecto, y en un instante, la verdad se reveló, esta persona se dio cuenta –tomó verdadera consciencia- de que no importa que piensen los demás, pues en el fondo todo dependía de él.

Dependía de él crear sus propias circunstancias, su propia realidad, y si estas no son favorables, con más motivo aún.

Este pensamiento de valorar lo que piensan los demás de nosotros, y los sentimientos que se pueden derivar de esta forma de pensar, son un lastre que nos impide el avance. Lo más triste, es que ese lastre con el que nos cargan otros, suele ser fruto de las frustraciones de esas mismas personas que nos “motivan” a no avanzar.

Esta reflexión que parece sencilla, y que muchas personas pueden optar por reírse de algo que puede parecer obvio como, “no importa lo que piensen los demás”, no es tan obvia, más aún cuando nos encontramos que muchos “ya lo sabemos”, pero no lo hacemos.

Es el lastre de tantos años de educa-castración, basada en la reactividad y no en la Proactividad del hacer. Es el peaje que en algún momento de nuestro desarrollo y crecimiento personal y profesional hemos de pagar. Y es que yo sostengo que ambos desarrollos van unidos.

En definitiva, la magia del coaching consiste en eso, en que en un momento dado lleguemos a “tomar consciencia” de algo que “ya sabemos, o nos han contado”, pero que no llevamos a cabo.

Cuando este “clic”, ocurre, ¿cuánto vale eso? ¿Cuánto vale el pensar que no estamos indefensos y sometidos a los designios del destino? ¿Cuánto vale saber que podemos crear una nueva realidad, si la que tenemos no nos gusta? ¿Cuánto vale descubrir que depende de nosotros? ¿Cuál es el precio del coaching?

Por estos “clics” que se producen, que a mí me gusta llamar “momento ajá”, yo amo el coaching como disciplina, por el poder que es capaz de generar en una persona, en una empresa o en una organización, que consciente de que puede hacer más de lo que hace se pone en marcha, y simplemente hace, y crea. Este empoderamiento que conduce a la acción y a la búsqueda de objetivos de forma sistemática es la que produce “resultados extraordinarios” que al fin y al cabo son los que marcan la diferencia.

José Miguel Gil

Psicólogo y Coach Profesional

Gerente de COANCO

www.coanco.es

josemiguel@coanco.es

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